Este relato lo escribí hace un par de meses pensando en el protagonista de una novela que estoy escribiendo, y lo han publicado en la revista Huellas de Tinta. Es un lugar precioso en el que colaboro, un lugar donde compartir opiniones, letras, películas y lo que nos hace felices. Estoy encantada de estar con ellos, significa mucho para mí, de una forma que no puedo explicar muy bien. Pero es que a veces uno se reconcilia con el karma, porque cuando menos te das cuenta, alguien llama a tu puerta para recordarte tiempos felices y acompañarte ahora que son un poco más amargos.
Bueno, no me enrollo más, que a estas horas de la noche suelo ponerme demasiado... ¿cómo decirlo? una amiga mía dice que es el momento Cullen. Ya sabéis: oh Señor qué triste es la vida y qué horrible es brillar cuando te da el sol.
Decidme qué os parece, ¿vale? Y no os olvidéis de pasar por la revista Huellas de tinta
Hoy te he visto dormir. Tus párpados se movían inquietos, nerviosos, como si tu sueño estuviera a punto de desvanecerse. Pero has seguido durmiendo. Y me ha dado por pensar si estarías soñando conmigo, si en algún lugar remoto de tu cabeza queda un rincón para los recuerdos de esas tardes que pasamos en la playa, de esas noches que eran demasiado cortas, cuando las horas volaban y se deshacían entre nuestros dedos, ocupados en inventar mil caricias.
¿Piensas en mí alguna vez?
Yo lo hago a menudo. Pensar en ti.
Sobre todo cuando llueve y no hay sol y parece que por fin el mundo tiene el mismo color de mi corazón.
Espero que hoy tengas un buen día, que las clases no sean aburridas y el autobús no se retrase.
Para mí será un gran día. No gran en el sentido de estupendo. Gran en el sentido de grande, largo, infinito e inagotable.
Hoy salgo hacia el norte. Ha llegado el momento de marcharme lejos, de abandonar las esperanzas de regresar a tu lado.
Es lo mejor. No quiero ser un acosador y no consigo dejar de pensar en ti.
¿Me harías un favor?
Cuídate. No te olvides de desayunar bien, sin prisas, y de comer algo de fruta.
Sal a pasear y disfruta del sol, y ríe y ama.
Por ti. Por los dos.
No te preocupes por mí. Estaré bien.
Quizá un día encuentre el valor para llamarte o para volver a verte.
Mientras tanto, seguiré pensándote.
Siempre tuyo.
E.
(comentariosssss please)
Bueno, no me enrollo más, que a estas horas de la noche suelo ponerme demasiado... ¿cómo decirlo? una amiga mía dice que es el momento Cullen. Ya sabéis: oh Señor qué triste es la vida y qué horrible es brillar cuando te da el sol.
Decidme qué os parece, ¿vale? Y no os olvidéis de pasar por la revista Huellas de tinta
Despedida.
Hoy te he visto dormir. Tus párpados se movían inquietos, nerviosos, como si tu sueño estuviera a punto de desvanecerse. Pero has seguido durmiendo. Y me ha dado por pensar si estarías soñando conmigo, si en algún lugar remoto de tu cabeza queda un rincón para los recuerdos de esas tardes que pasamos en la playa, de esas noches que eran demasiado cortas, cuando las horas volaban y se deshacían entre nuestros dedos, ocupados en inventar mil caricias.
¿Piensas en mí alguna vez?
Yo lo hago a menudo. Pensar en ti.
Sobre todo cuando llueve y no hay sol y parece que por fin el mundo tiene el mismo color de mi corazón.
Espero que hoy tengas un buen día, que las clases no sean aburridas y el autobús no se retrase.
Para mí será un gran día. No gran en el sentido de estupendo. Gran en el sentido de grande, largo, infinito e inagotable.
Hoy salgo hacia el norte. Ha llegado el momento de marcharme lejos, de abandonar las esperanzas de regresar a tu lado.
Es lo mejor. No quiero ser un acosador y no consigo dejar de pensar en ti.
¿Me harías un favor?
Cuídate. No te olvides de desayunar bien, sin prisas, y de comer algo de fruta.
Sal a pasear y disfruta del sol, y ríe y ama.
Por ti. Por los dos.
No te preocupes por mí. Estaré bien.
Quizá un día encuentre el valor para llamarte o para volver a verte.
Mientras tanto, seguiré pensándote.
Siempre tuyo.
E.
(comentariosssss please)
Comentarios
Publicar un comentario